Regulación de depredadores
PROBLEMÁTICA
La evolución de los sistemas agrícolas tradicionales producidas en las últimas décadas, paralela al avance económico del país, ha conducido en muchos casos al abandono de terrenos y prácticas agrícolas tradicionales y también a la intensificación agrícola en aquellas zonas más productivas. La consecuencia inmediata ha sido el descenso de aquellas especies ligadas a medios agrícolas tradicionales (perdíz, liebre, conejo, entre las especies cinegéticas o sisones, gangas o avutardas entre las especies protegidas).
La disminución de estas especies supone un duro golpe a las precarias rentas rurales, siempre necesitadas de complementos a la impredecible cosecha agrícola y también un claro riesgo para la supervivencia de especies depredadoras (lince, rapaces) cuya dieta se basa en estas especies presa.
Sin embargo, existen otra serie de especies que se benefician de esta transformación del hábitat, especies sumamente adaptables que se alimentan muchas veces a expensas de la despensa sobrante del hombre y proliferan en estos medios sin ninguna limitación. Se trata de algunos córvidos (urracas, grajillas y cornejas negras), roedores (ratas y ratones) el zorro y perros y gatos asilvestrados.
Estas especies constituyen el objetivo de nuestra atención en esta propuesta. Su proliferación descontrolada supone un gran riesgo para las especies cinegéticas, y para muchas especies protegidas –entre ellas muchos depredadores con los que compiten-. Son especies, por otro lado, cuya abundancia permite un control sobre ellos sin que se ponga en peligro su supervivencia en absoluto.